El laberinto está compuesto por pasadizos y habitaciones intrincadas, ideado para confundir a quien entre e impedir que encuentre la salida. En el laberinto habitaron el Minotauro, Teseo, Dédalo e Ícaro. “En todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío”. A veces soy híbrido entre instinto y lenguaje, otras héroe griego, algunas arquitecto de mi encierro y, otras tantas, libertad en caída libre.

viernes, 21 de marzo de 2008

DE PECES Y DE AVES


Imagen de Jan Saudek


Los peces no deben mezclarse con las aves. Pertencen a mundos diferentes, con necesidades incompatibles, con imposibilidades varias.

Sin embargo hay peces que saltan de los mares buscando tomar un poco de aire cuando el agua los agobia. Es que todos necesitamos huir de nuestros mundos de vez en cuando. Pero el pez es sabio y sabe que aunque su vida en el mar le depare incertidumbres y amenazas, debe volver allí pues su cuerpo pertenece al agua.

Hay aves que también se sumergen en el mar buscando algunos peces. Es que volar, aunque sea nuestro sueño, también nos angustia. Tanta libertad y tanta altura pueden marear. Y es así como el ave necesita estrellarse, atraparse y hundirse en los territorios desconocidos de los mares. Hay aves que buscan en el mar un pez, aunque sólo sea para alimentarse de él.

Él ingresa y el mundo se detiene para ella. Viene escoltado por sus servidores, que parecieran custodiarlo como si fueran sus ángeles. Camina por el largo pasillo, que va ganando luz a medida que el trío avanza. Todos los miran, algunos les sonríen y les saludan, como si se tratasen de reyes. Ellos saben que deben ser humildes, pero el saber no suele estar del lado del deseo.

Todos se ponen de pie ante ella. Debe tener veinticinco años. Es hermosa. Su pelo castaño, cae lacio sobre sus hombros tímidos. Lleva una de sus manos a la parte baja de su cuello y la palma le abarca los latidos en su pecho. Tiene la camisa desabrochada e insinúa a los adolescentes sus senos. Él, luego de saludarla, se sienta al último. La mira y le sonríe desafiante. Los latidos en el pecho de ella, se aceleran.

Una ventana del messenger se abre. Es él que lo saluda. Viven lejos, nacieron lejos, pero se sienten cerca. La red de redes los cobija. Allí encuentran el espacio que el mundo real se resistió a darles. Pero a cambio, dejan de lado sus cuerpos y sólo se ofrendan palabras. Escriben durante horas, se ríen, se emocionan, sienten, se conectan, y se desconectan, aunque no estén offline. Uno de ellos ama, él otro no, y ambos lo saben. Son amigos, se conocen, son iguales, pero son muy diferentes. Toda diferencia es sexual dicen los psicoanalistas, y ellos lo saben sin saberlo.

Ella lo mira con pudor, sabe que no debería desearlo pero lo hace. Ve su rostro y los ojos se le llenan de flores. Ella quiere ser su salvadora. Quiere ayudarlo a llevar sus cruces. Pero ella tiene demasiado con la suya, pues su amor se traduce en flagelos que le abren la piel por donde aflora la culpa. Está de pie, rodeada de la gente a la que tanto teme, mientras respira el perfume de él cuando pasa a su lado. Lo ama y lo desea y sabe que él, también la ama a su manera. Pero la entrega es el agua que riega el amor, y él, ya se ha entregado años atrás. Ella sólo puede alimentar su amor del deseo, que germina en las tierras de la prohibición.

Él la está mirando. Tiene diecisiete años. Aunque sus amigos se burlen, todavía es virgen. Observa el sostén tras la camisa blanca que se deja traslucir. Ella lleva su mano al pecho, justo a aquel lugar que él tanto desea besar. Está de pie, saludándola junto a todos los demás. Sus fantasías explotan y experimenta una erección. Rápidamente toma asiento y disimula como se inflama el deseo entre sus piernas. Él sabe que ella lo está mirando. ¿Sabrá la mujer que su carne la llama? Él cree que sí, le sonríe desafiante y luego, con un gesto, le pide que se acerque.

A él no le importa tener un amigo homosexual que lo ame. El deseo es individual y cada uno hace de él lo que puede. A veces se pregunta qué pasaría si su amigo hubiese sido mujer. Cree que lo amaría y se lo ha dicho, pero aquel elogio filtrado por la imposibilidad, le llega al enamorado como un insulto. "Si vos fueras mujer, te juro que yo te amaría” y suena como un “te amaría a condición de que dejes de ser vos, y fueras otra". Entonces se pregunta, ¿qué es lo que amaría?, ¿se tratará del sexo como accidente o del ser como esencia? Se siente superficial, pero se justifica pensando que todos tenemos condiciones para amar.

Ahí está él, con un servidor de cada lado. Todos los otros están frente a ellos creyendo. Ella está entre los otros. Está sentada en la primer banca y escucha, de fondo, las voces entonando las típicas canciones. Él la mira y le sonríe. Ella lo mira y se le estruja el alma, mientras piensa "Padre, ¿por qué me has abandonado?". Están detrás del altar y la misa ha empezado. Una lágrima se escapa de los ojos de ella, mientras toma la cruz en su pecho y se pregunta por qué le está pasando esto a ella. Se levanta de su lugar y sale corriendo de la Iglesia.

Ella se acerca a él. Él le hace una serie de preguntas. Ella le explica sus dudas, mientras nota que él no la está escuchando. El adolescente le acaricia los senos con sus ojos. Ella traga saliva y, también, su deseo. Él juega a, accidentalmente, tocarle la mano. Ella siente que le tocan el alma. Lo mira a los ojos. El retira su mirada de los senos y mira los de ella. El deseo se dice sin ser dicho. La erección de él se vuelve más notoria y ella ya no aguanta más. La profesora se va dejando a su grupo de alumnos solos. El alumno que desea, la mira partir sabiéndose nuevamente insatisfecho. Minutos después, ella está presentando la renuncia.

Lee en su pantalla "si vos fueras mujer, te juro que yo te amaría". Le llega como un golpe y ve nuevamente su deseo imposibilitado. Las lágrimas caen, pesadas, sobre el teclado. Vuelve a sentirse solo. Hasta en esas tierras en donde nada es real, la frustración golpea su puerta. Escribe su enojo en la ventana y vuelven a desconectarse. Metonímicamente, empiezan a hablar del clima, del fin de semana, y de la nada. Cada uno mira para otro lado. El fracaso llega al mouse, el enamorado desconecta su messenger mientras su amigo le escribe algo que no llega, pues ya se han perdido para siempre.

Todos somos peces que dan saltos, enamorados de las aves. Todos somos aves que nos sumergimos amando a los peces. Pero los peces que saltan del agua son presas fáciles. Y aquellas aves que clavan su pico en las aguas, confunden al amor con el hambre, y derraman la sangre de los peces.

Todos jugamos a ser Ícaro. Todos volamos hacia el sol sólo para ver cómo nuestras alas se derriten mientras más nos acercamos. Es que todos sabemos que cuando no se puede volar, terminamos ahogándonos en el mar. Y sin embargo, ahí parece estar nuestra satisfacción. Es que el deseo siempre queda insatisfecho. Y tal vez, cuando jugamos a vivir historias de peces y de aves, el perder se vuelve nuestro modo de gozar.

21 comentarios:

dèbora hadaza dijo...

rayos casi me haces llorar!

"Y aquellas aves que clavan su pico en las aguas, confunden al amor con el hambre, y derraman la sangre de los peces.

Es que todos sabemos que cuando no se puede volar, terminamos ahogándonos en el mar.

Y tal vez, cuando jugamos a vivir historias de peces y de aves, el perder se vuelve nuestro modo de gozar."

algo mas cierto no puede existir

besotes amigo

Anónimo dijo...

¡¡¡Ema este texto me ha dejado la piel de gallina!!!
Las sensaciones que muestra y despierta son únicas.
Y cuánta verdad hay en tu texto, querido amigo... ¡¡cuánta!!

Los humanos somos por momentos máquinas de sufrir y tu relato así lo muestra, la frase final es más que elocuente: "...el perder se vuelve nuestro modo de gozar".

Te felicito una vez más (y van...) me has dejado realmente emocionada.

¡¡Besotes grandes y mi candor incondicional!!!

Anónimo dijo...

y la niña con los hombros descubiertos y los labios prendidos de grana espera ese beso que nunca llega...no tardes tanto en escribir que a los que te leemos nos das luz en un piso cargado de sombras.

Emanuel Simo dijo...

Débora:
Muchas gracias por tus palabras, tus pasos en este laberinto son siempre bienvenidos, pues sí que saben dejar huellas. Es que es así, a veces el amor se confunde con necesidades más biológicas y aquello que empezó como un producto de la idealización nos termina lastimando. Y no hay nada más ardiente para una herida que absorver la sal de todos los mares, de todas las lágrimas derramadas...
A veces pienso que nuestra existencia transcurre entre esos dos estados, o es que tal vez así sea yo: cíclico o bipolar, jaja. A veces doy grandes saltos, intento alcanzar el paraíso y otras veces me sepulto bajo el nivel del mar. Vos me conocés bastante, ya tuviste ocasión de comprobarlo...
El goce es ese placer mortífero, aquello que nos hace mal pero que no podemos dejar de hacer pues hay algo compulsivo, pulsional que nos empuja a ello. Y, cuando uno repite constantemente las pérdidas, tiene que preguntarse el por qué de esa repetición y sólo hay una respuesta: goce.
Lamento que conozcas tanto de esto como yo. Te mando otro beso grande para vos, todo mi cariño y mi agradecimiento constante.

Ale:
Que lindo lo que me decís, te lo agradezco mucho, me da gusto que pueda provocar esas cosas en alguien como vos, que ha leído tanto y no pierde la capacidad de seguir sintiendo ante un humilde texto.
La verdad... la verdad es una cosa muy difícil de oír y de manifestar decía Wilde y agregaba pero lo es aún más tener que mentir. Ese hombre si que decía verdades, no?
Gracias por tus felicitaciones, tus emociones, tus besotes grandes y tu candor incondicional. ¡Te mando besos más grandes aún!

Anónimo/a:
¿Qué niña?, acá no hay ninguna, sólo dos mujeres y un hombre que hacen del perder su modo de gozar. Es que de eso se trata el texto, de que las aves no pueden mezclarse con los peces, pues pertenecen a mundos diferentes. Cuando se toma conciencia de ser pez o ave, se sabe que no se puede esperar nada más que perder.
Yo también desearía no tardar tanto en escribir. Sin embargo, de deseos insatisfechos trata este texto, ¿no? La idea tiene que ver con lo que plantea el psicoanálisis, de que la pulsión, a diferencia del instinto, no tiene objeto y por eso nunca puede ser totalmente satisfecha.
Difiero con su apreciación acerca de las luces y sombras. Creo que este laberinto suele ser un espacio oscuro, tal como el de la imagen que he escogido. Sin embargo, pese a la diferencia de opiniones, gracias

Anónimo dijo...

no puedo evitar sonreir, mientras leo tu respuetsa al último post.. (q aclaro q no soy yo).. y me atrevo a repetir: no cambiaste.. siempre sosteniendo ante todo la imagen de la oscuridad, no?? cómo me gustaría hablar con vos..

a veces me moviliza tanto lo q escribís, q siento como si lo escribieras para mi (perdón por el atrevimiento..)

en fin.. felicitaciones.. ese texto es maravilloso

Lolo dijo...

Ema, me siento como Ale al leer este escrito. Es una especie de Amores Perros escrito en el que se mezclan todas esas sensaciones, situaciones y el ser peces o aves.

Me gustó muchísimo. Lo voy a releer porque está lleno de detalles.

Un abrazote, amigo! Se te extraña mucho.

Emanuel Simo dijo...

Anónimo/a:
jaja, vos decís que es sólo una imagen la que sostengo? ajja, a ver qué tanto me conocés... jaja. No entiendo bien qué es lo que te impide hablar conmigo, digamos que soy complicado pero tampoco tan inaccesible, che, jaja.
Me alegro que te movilice lo que escribo, esa es la idea, provocar algo en el otro. En realidad sí, lo escribo para vos, aunque no sólo para vos, sino para todos los que dedican su tiempo a leer lo que escribo. Asi que no hay nada por qué disculparse. En realidad, ninguna de las 3 historias de este texto tienen algo de autobiográfico, sólo tiene mucho que ver conmigo esto de siendo pez enamorarme de un ave. Y, sólo en cuanto a eso lo escribí pensando en alguien. Me llama la atención una particularidad tuya al escribir los puntos suspensivos, pero no creo que sean la misma persona, ya que de quién hablo creo que no se conecta a internet a eso de las 10:15 - 10:30 de la mañana...
Gracias por tus felicitaciones, me alegro que el texto te haya parecido maravilloso.

Lolo:
¡Qué sorpresa tenerte nuevamente por acá! Me alegro que compartas las sensaciones lindas que Ale describió que sentía, esa es la idea, no? Debo reconocer que no vi Amores perros (sí, muy mal lo mío). Si en esa peli se habla de peces y de aves que no encuentran un mundo en común que los cobije, aclaro que no fue copia eh?
Me alegro que te haya gustado mucho, gracias por las palabras, otro abrazo y por acá también se lo extraña! Saludos!

Anónimo dijo...

Creo que no nos entendimos...Lo de la niña no era una referencia al texto; era una reflexión . yo soy la niña que a veces ingenua, a veces cruel, espero que llegue el beso que no traiga remordimientos, ni sepa a derrota.
Lo de la luz venía porque el hecho de leer tu blog , pese a que esté cargado de oscuridad como tú dices, a mi me produce un sentimiento de cercanía. Algo así como una complicidad, un pequeño placer. quizás sea yo...veo que por aquí todos os conoceis..espero no ser inoportuna.

Anónimo dijo...

soy anónimo/a de los puntos suspensivos.. jeje!! difícilmente sepas quién soy por mi particularidad con los puntos suspensivos, porque no recuerdo que nos hayamos escrito nunca vía internet..
muy lindo lo q dijiste.. y repito, felicitaciones por el texto porque es maravilloso..

Emanuel Simo dijo...

Anónima:
Perdón por no haberla entendido, tal vez la diferencia de lengua influyó. En Argentina adaptamos un poco el español de tu país y, tal vez eso originó el mal entendido. No te preocupes, acá son bienvenidos conocidos y desconocidos, asi que no sos inoportuna. Estás invitada a seguir entrando al laberinto cuándo gustes y perdón por los malentendidos entre el lenguaje de España y el de Argentina. Saludos

Anónimo/a:
No, claro que no sos esa persona por que, como dije, no entraría al blog a las 10:15 de la mañana u hoy a las 4:30 pm, y tampoco está en Rosario, Santa Fe (qué raro, no conozco a nadie que me conozca viviendo ahí).
Gracias de nuevo, espero que los próximos te sigan gustando! Finalmente no contestaste qué es lo que te impide hablar conmigo... Saludos!

Anónimo dijo...

jajajaja!! será q ya me descubriste?? si es así.. me rindo ante tu capacidad..
nada me impide hablar con vos.. o quizás sólo algo.. quizás sólo el tiempo..

Emanuel Simo dijo...

Anónimo/a:
No, no te descubrí, y si me conocieras sabrías que mis capacidades son muy limitadas. Lo único que sé es a qué hora entrás al blog y que lo hacés desde una computadora de Rosario, Santa Fe; pero, como dije, no conozco nadie que me conozca allá.
Bueno.. (guiño), el tiempo es una categoría construida para ordenar nuestra percepción del mundo. Pero, si bien el tiempo tiene su dimensión objetiva, como a todo, lo podemos subjetivar. Con esto quiero decir que no creo que el tiempo sea un impedimento.
Saludos!

Pablo Distinto dijo...

Creo que soy de la tierra.



Paso y dejo su aura:


Dioniso


Un abrazo compañero.

Anónimo dijo...

ah no.. no sé cómo sabés q mi computadora está en rosario de santa fé, pero eso te falló.. estoy acá nomás.. pero el dato me dejó paralizada xq no es del todo falso.. mm.. raro..

Emanuel Simo dijo...

Dioniso:
Que alegría que estés por acá nuevamente. Dichoso por haber encontrado la tierra... yo a veces me siento un marino de los que acompañaban a Colón en su viaje hacia "Las Indias", veo tanta agua y la tierra me parece tan lejana que me canso de esperar. Gracias por dejar tu aura, otro abrazo fuerte para vos

Anónima:
Y bueno, algo tenía que saber yo, después de todo ¿no? saludos

LadyinBlack dijo...

Muy lindo el realto Emita querido. En algún momento me sentí identificada, pero después decubrí que nada tengo que ver con las cuestiones clericales, jeje.

Ya te voté en Kala, felicitaciones de todo corazón por los textos escritos!
Un beso enorme!

Emanuel Simo dijo...

Lady:
Me alegro mucho que te haya gustado el relato. Que suerte que no tenés nada que ver con cuestiones clericales! Igual, creo que todo el mundo puede identificarse con esto de los peces y las aves, todos nos enamoramos alguna vez de alguien imposible.
Gracias por apoyarme en Kala, ¿para cuándo los tuyos? Se te espera en Sospechosos...
Otro beso, en estos días se abre nuevamente el laberinto

F.G. Pole Dance dijo...

Cada vez más me sorprende tu capacidad de hacerme sentir cosas, de acelerarme el fluir de la sangre en esa sensación extraña de reconocimiento de sentimientos.
Te extraño!
De alguna forma estar cerca de lo que escribís es estar cerca de tu corazón. Y yo agradezco por este mundo "virtual" que me regaló un amigo tan maravilloso, talentoso y lleno de sentimientos profundos y puros.
Vos sos del agua profunda y turbulenta, y se nota en todo lo que escribís tu naturaleza.
Igual ya me tenías desde el "peces" :p
un beso enormísimo!
Ardi

Emanuel Simo dijo...

Adri:
¡Yo también te extraño mucho! Gracias por pasarte, por leerme, por dejarme tus pasos en el laberinto, por permitirte sentir lo que intento transmitir: gracias! =)
Sos una dulzura de persona, por eso endulzas el laberinto y a su arquitecto con tantas palabras elogiosas, que sólo puedo agradecer.
Yo soy el agua, es cierto, sólo que no quiero más represas.
Otro beso gigante para vos! Se te quiere mucho!
PD: (con respecto a lo de los "peces", lo sospeché desde un principio ;))

Amorexia. dijo...

Aveces, desde los oceanos cósmicos, donde las aves parecen angeles y se dejan llevar por cometas y otras auras, donde el agua gaseosa sin materia atemporal cobija peces tan disimiles e incorporeos, sabemos que no hay peor que un pez fuera de el agua, pero también sabemos que un ave en el agua es buena presa, tal como lo muestra este grandioso escrito; pero solo aveces sabemos eso, por que también hay historias de peces y aves que se entrelazan, y el final aún; aveces; es incierto.

Excelente escrito.

Saludos desde mi extraño país.

Anónimo dijo...

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