El laberinto está compuesto por pasadizos y habitaciones intrincadas, ideado para confundir a quien entre e impedir que encuentre la salida. En el laberinto habitaron el Minotauro, Teseo, Dédalo e Ícaro. “En todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío”. A veces soy híbrido entre instinto y lenguaje, otras héroe griego, algunas arquitecto de mi encierro y, otras tantas, libertad en caída libre.

viernes, 17 de febrero de 2006

SOS UNIVERSAL (Collage de Autores y de un mismo Dolor)


Imagen: "El grito" de Edvard Munch

Estoy tan cansado de estar aquí, sorprendido por todos mis miedos infantiles. Estas heridas parecen no sanar, el dolor es demasiado real, hay tanto que el tiempo no puede curar...

Soy sólo fragmentos del hombre que solía ser, demasiadas lágrimas se deslizan sobre mí. Estoy lejos de casa y estuve enfrentando esto solo por mucho tiempo. Siento que nunca nadie me dijo la verdad acerca de crecer y sobre la lucha que sería. En mi enmarañado estado mental, estuve mirando atrás buscando a dónde me equivoqué.

Soy sólo las sombras del hombre que solía ser y pareciera ser que de esto no hay salida para mí. Antes te traía la luz del sol, ahora todo lo que hago es entristecerte ¿Cómo sería si estuvieras en mis zapatos?, ¿no entendés que es imposible elegir? No hay ningún sentido en esto, a todos lados a dónde voy tengo que perder.

Una vaga desilusión fue debilitando y esfumando mis sentimientos y mis alegrías habituales; el jardín no tenía perfume, el bosque no me atraía, el mundo se extendía alrededor de mí como un saldo de trastos viejos, insípido y desencantado; los libros eran papel; la música, ruido. No de otro modo pierde sus hojas el árbol otoñal en torno de sí. No lo siente, y la lluvia, la escarcha y el sol resbalaban por su tronco, mientras su vida se retira a lo más íntimo y recóndito. No muere. Espera.

Pienso que cada uno tiene que conocer en la vida muchas tristezas. Lo notable es que cada tristeza es distinta de la otra, porque cada una de ellas se refiere a una alegría que no podemos tener. Usted me hablaba de catástrofes presentes, y yo me acuerdo de sufrimientos pasados; tengo la sensación de que me arrancaron el alma con una tenaza, la pusieron sobre un yunque y descargaron tantos martillazos, hasta dejármela aplastada por completo.

En todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío.

Estoy muerto y quiero vivir, esa es la verdad. Mi mayor deseo era vivir, por fin, un poco, dar algo de mí al mundo exterior, entrar en contacto y en lucha con él.

Pero siempre es difícil nacer. El pájaro tiene que penar para salir del cascarón. El pájaro rompe el cascarón. El huevo es el mundo. El que quiere nacer tiene que romper un mundo.

Quería tan sólo intentar vivir aquello que tendía a brotar espontáneamente de mí ¿Porqué había de serme tan difícil? No debemos temer ni creer ilícito nada de lo que nuestra alma desea en nosotros. Decir la verdad es muy doloroso, pero lo es aún más tener que mentir. La verdad es una cosa muy dolorosa de oír y de manifestar. Pero había otra cosa que me hacía sufrir: ¡Yo soy uno, mientras ellos, son todos! Ocultaba mis verdaderos sentimientos tras el tono burlón; recurso en el que se escudan los corazones tímidos y solitarios a los que se pretende llegar directamente y que hasta el último segundo se niegan a entregarse y temen manifestar sus verdaderos sentimientos.

Lo que extingue la fuerza es la terrible impotencia de estar solo, de no tener junto a uno un alma que recoja un desesperado SOS. Yo necesito amar a alguien, darme forzosamente a alguien. Entonces, el amor llegaba siempre al tiempo de la lluvia. Así vino otra vez: agua llovida recogida en las manos, agua clara sobre la sed oscura. Y las gotas caían, resbalando sobre la piel nublada, verdecida, sobre el alma lavada. Y yo quedaba en medio de la tarde, vestido de lluvia.

He de llorarme tanto...y aquel amor que vino con la lluvia se me irá de la vida, con el llanto.

Salvame.., salvame..., salvame, que no puedo enfrentar todo esto solo. Salvame..., salvame.., que estoy desnudo y lejos de casa. Adentro mi corazón se está quebrando, mi máscara tal vez se esté descascarando, pero mi sonrisa sigue en pie: the show must go on.